Solo uno más. Uno más no es tan difícil.... Mi esposo veía en estos días una película que relataba una historia verídica sobre un muchacho cristiano que se alistó en la milicia para ir a ayudar en la guerra. Pero él tenía una condición y es que no iba a utilizar un arma para arrebatarle la vida a nadie debido a sus convicciones. No fue una jornada fácil de llevar entre la discriminación, los insultos y los abusos, pero se mantuvo firme en su fe y logró llegar al campo de batalla. Con la ayuda de Dios y la pasión impulsada por su Fe, rescató a varios soldados en plena guerra, sin utilizar un arma. Me impactaron sus palabras al ser entrevistado sobre cómo logró tal heroica hazaña, y él expresó que lo único que pensaba era en uno más, salvar uno más. Y luego que salvaba uno, pensaba en salvar uno más. Ésto lo llevó a rescatar setenta y cinco soldados. Incluso trabajó el rescate de soldados enemigos, viéndolos como a su prójimo según las escrituras y no según los entrenamientos recibidos para el combate. Meditar en esto me deja sin palabras. Mis acciones demostrarán cuán comprometida estoy con el evangelio de Jesucristo. Si estoy segura de mis convicciones y que Dios envió a su hijo a morir por mí en una cruz y me rescató de un castigo eterno, lejos de su presencia, entonces veo a mi prójimo como personas que necesitan la salvación con urgencia. Se supone que vea a mi prójimo como iguales a mi, nacidos en maldad que solo puede ser transformada por el Rey de Gloria. ¿Sin mis prioridades cónsonas a mis creencias? ¿Es el evangelio lo que mueve mi vida, mis decisiones? ¿Entiendo realmente la misericordia y la gracia de Dios? Solo debo pensar en ganar para Cristo uno más. La obra la hace el Espíritu Santo, yo solo debo obedecer y sembrar la semilla. Debo sentir compasión y urgencia por salvar vidas. Aunque a simple vista no lo podemos ver, estamos en guerra espiritual. Estamos en una guerra igual que ese soldado, y nuestro trabajo es rescatar vidas, llevar el mensaje, llevarlos a Cristo. No hay arma que podamos utilizar excepto nuestra fe, porque todo lo bueno en nosotros proviene de Dios. Es su poder el que va a obrar, yo solo debo poner mi Fe. Estamos en medio de la batalla. ¿Para que lado estoy mirando? Oremos al Señor presentando nuestras vidas y pidiéndole que escudriñe nuestro corazón y discierna nuestras intenciones y nuestras prioridades. Que ponga en nosotros una pasión que no nos deje dormir por las almas que se pierden alrededor nuestro. Que su Espíritu nos dirija a como debemos obrar y que debemos hablar para que su nombre sea glorificado.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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