Hace dos días mi hijo me pidió permiso a través de un mensaje de texto para asistir a la "boda senior" del colegio porque fue invitado. Como parte de la clase que dan es escuela superior de Paternidad Responsable, llevan a cabo una boda simulada creada por los mismos estudiantes, en un local y con toda su recepción. cuando llego en la tarde a buscarlos, al salir del trabajo, le hablo sobre el tema para que me explique los detalles, y en ese momento mi hija se enteró que su hermano estaba invitado a la boda, pero ella no. Con su cara de asombro reclamó porqué lo habían invitado a el, pero ella no tuvo la misma oportunidad. Y es que escogen solamente dos estudiantes de los otros salones como representación. Todo esto trajo a mi mente las Bodas del Cordero donde muchos serán invitados, pero pocos asistirán. Bodas que fueron diseñadas para un pueblo escogido por Dios, que luego fueron abiertas a los gentiles por su gracia y misericordia. El Señor en su Palabra describe a la iglesia como la novia, quien Él mismo vistió de lino fino. La invitación está abierta, pero hay un requisito, y es ser lavados con la sangre de Jesús, derramada en su sacrificio en la cruz. Cuando nos es dado por el Espíritu Santo la convicción de que somos pecadores, que estamos lejos de Dios, y necesitamos su perdón para poder acercarnos a Él, nos concede el perdón de pecados a través de la salvación, y nos regala la vida eterna en Su presencia. Dios no sólo nos salva, nos da un nombre nuevo, escribe nuestro nombre en el libro de la vida, y nos viste con su santidad para que seamos aptos para entrar en su reino. Ésto nos da un nuevo significado a nuestra vida terrenal. ¡Qué importa a que boda aquí en la tierra no nos quisieran invitar! Dios nos invita a las bodas del cielo. Pero mientras llega ese momento debemos regar la voz, decirle a otros que hay una boda que es la que ellos no se quieren perder. La invitación a estas bodas ya te incluye el ajuar que vas a vestir. Debemos decirles que las bodas esperarán hasta que llegue el último invitado, hasta que la novia esté completa. Oremos dando gloria y honra a nuestro Señor porque Él es Santo y nos abrió un camino a través del sacrificio en la cruz. Que podamos invitar a otros a ser parte de esas bodas gloriosas.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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