Cirugías bariátricas, maquillaje permanente, cirugías pláticas, extensiones de pelo, implantes...y podríamos seguir mencionando cosas muy costosas y dolorosas que las mujeres hacen “todo por la belleza”. Es muy difícil mantener los estándares de belleza del mundo en el que vivimos cuando es tan cambiante y muy pasajera. Antes estaban de moda las cejas finitas, luego las gruesas, y ahora las que están más rellenas. Realmente es agotador poder estar al día con todo eso. Y no crean que estoy en contra de esas cosas. Yo también voy al salón de belleza y no veo nada de malo en eso. El problema es cuando lo que quieres arreglar te define. No puede estar tu identidad en la belleza, ya que la Biblia misma te dice que es vana la hermosura, está vacía, no hay nada en ella que pueda llenar el vacío que llevas por dentro. Engañosa es la gracia, puedes tratar de engañar a otros con tus apariencias y las virtudes que disimules, pero será solo por un tiempo, eso también es pasajero. Debemos ser sabios e invertir en lo que permanece, en lo que es eterno, y eso es nuestra vida en Jesús. Algunos podrían admirar tu belleza física, pero cuando al verte otros ouno den glorificar a Dios, créeme que la impresión que estás dejando va a marcar una vida para siempre. Más “el corazón alegre hermosea el rostro”. Y solo encontramos en Jesús ese gozo eterno, que va más allá de las circunstancias y más allá de nuestras capacidades. Tu apariencía no te define, tu carácter, tus actitudes y tu manera de enfrentar la vida, si te definen. Tu valor no lo ponen los demás y no cambia. Tu valor lo estableció Dios en la cruz del Calvario donde se derramó sangre para poder salvarte. No hay mayor valor que este. No hay nada más bello que un rostro que se ve radiante por la plenitud del Espíritu Santo en esa vida. Es motivo de gozo cuando alguien nos pregunta si somos cristianos porque se refleja en cómo nos vemos. La Mujer virtuosa enseñará a sus hijos a cultivar la belleza que permanece y dará afirmación a su esposo, quienes también tienen su estima y se comparan a los estereotipos de hoy día. Oremosnal Señor para que nos ayude a cuidar de nuestro cuerpo, que es templo del Espíritu Santo, pero de la manera correcta, y no basar nuestra autoestima en cómo nos vemos externamente. Igual que no seamos quienes juzguen en otros la belleza externa, sino que aprendamos a ver a las personas como Dios las ve. Que nuestra belleza interior pueda impactar otras vidas para vida eterna.
1 Comment
Elizabeth contreras
1/11/2020 08:59:07 am
Muy bueno para poder enseñar en clase de mujeres
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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