La paciencia...Es una palabra que no trae mucha alegría al escucharla, pero quizás es porque le hemos dado un significado un tanto distorsionado, y con una connotación negativa. Paciencia en el diccionario significa "describe la capacidad que posee un sujeto para tolerar, atravesar o soportar una determinada situación sin experimentar nerviosismo ni perder la calma". Pero para nosotros, desde pequeños que escuchábamos a nuestros padres decirnos "tienes que tener paciencia", nos trae a la memoria momentos donde no podíamos obtener lo que queríamos. Pero en la mayoría de las situaciones, se nos pedía paciencia cuando había que esperar tiempos prolongados en filas, o turnos, ó cuando queríamos llegar a casa porque estábamos cansados. Justo ayer Puerto Rico ha estado bajo una situación de un apagón de electricidad en toda la isla, y escuché a muchas personas mencionar la palabra paciencia. Pero la paciencia según la Palabra de Dios no tiene una connotación negativa; por eso es parte del fruto del Espíritu que el Señor nos dio con la salvación de nuestras vidas. La paciencia desde la perspectiva divina, es tener en medio de una situación la calma y la tranquilidad, el poder esperar por algo, y ese algo siempre va acompañado de la fe. Es poder mantener la calma, soportar lo difícil confiando en el Señor. Por eso dice en su Palabra que "la prueba de vuestra fe produce paciencia". O sea, que conociendo que Dios está obrando, yo pyedo esperar tranquilamente o soportar porque estoy mirando a lo que tengo por delante, que quizás yo no lo conozco, pero sé que está en las manos de Dios. Y es que me maravillo entendiendo que por eso es un fruto del Espíritu, porque la paciencia va junto a la fe. Veo el amor que Dios ha depositado en mí y puedo por amor esperar en Él. Mientras mayor sea la convicción de los atributos de Dios y quién es Él, en mayor escala podré exhibir el fruto del Espíritu. David tenía un corazón conforme a Dios, pasaba tiempo en su presencia, daba honor y gloria y alabanza a todos sus atributos, y pacientemente esperaba en Él. Y ésto no porque hubiera tenido una vida fácil, porque hasta atentaron con su vida, y tuvo consecuencias por sus pecados. Su paciencia se renovaba en su conocimiento del Señor y se fortalecía en su fe. La paciencia viene de Dios, por eso el que otros puedan ver que somos pacientes ante las situaciones de la vida, dará testimonio de que Dios es quien nos mueve y nos sostiene. No somos pacientes por naturaleza, somos pacientes por el Espíritu Santo. No es cómo esperas en una fila, es cómo esperas en la vida lo que Dios va a hacer. Oremos al Señor para presentarnos ante Él, para pedirle que nos escudriñe y nos guie en el caminar de crecer espiritualmente, y otros puedan ver en nosotros la verdadera paciencia que es producida por Dios para su gloria y honra.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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