Emociones...algo que todos tenemos. Podemos estar alegres, tristes, enojados...¡en fin! Desde bebés vamos conociendo las diferentes caras que debemos hacer para expresar nuestras emociones. Les enseñamos a los bebés a poner cara de enojados, a reírse a carcajadas, a poner trompita para con esa carita obtener lo que quieran y tantas otras expresiones que complementan nuestro lenguaje corporal.
Ya de adultos escogemos: disimular lo que sentimos o utilizamos el expresarlo para manipular al igual que lo hacíamos de bebés para obtener lo que queremos. Algunas personas solo lo expresan porque son muy transparentes. Pero si hablamos del desánimo, éste es muy difícil de ocultar. Lo expresamos en nuestro lenguaje corporal, pero lo peor es que lo expresamos en todo lo que hacemos, o dejamos de hacer. El desánimo nos paraliza. Nos limita para alcanzar nuestras metas, o para trazarnos alguna; nos baja nuestra autoestima, y nos debilita la fe. Es un arma muy sutil y peligrosa. El Señor en Su Palabra nos dice que si esperamos en El lo veremos en acción y nos llama a vencer el desánimo. Con Dios de nuestro lado, ¿Porqué damos lugar al desánimo? Él nos sustenta, nos guarda, nos ve a través de su amor, gracia y misericordia, y ¿qué hay imposible para Él? Nada. Pongamos nuestra mirada y nuestra confianza en Él y Él hará. No hay lugar para el desánimo. Dios nos ha dado tareas para ocuparnos de las cosas del Reino. Oremos para que el Señor aumente nuestra fe y quite el desánimo de nuestras vidas. Que su gozo y su paz nos inunden para reflejarlo a otros.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |