Una de nuestras necesidades emocionales básicas es la aceptación. Necesitamos sentirnos aprobados por los demás. Así que desde niños buscamos hacer cosas por las cuales nos admiren, nos feliciten y a veces, buscando ganar el amor o la amistad de otros. Si estuvimos faltos de esa aceptación en nuestro hogar, viviremos buscando la aceptación de otros en nuestra vida de adultos.
Esta necesidad de aceptación puede interferir en nuestra vida cristiana. Venimos entonces a la iglesia, a relacionarnos con otros hermanos en la fe y podemos disfrazar nuestra necesidad de varias maneras. Una forma es que nos hacemos disponibles para todo lo que necesiten (excluyendo personas que tienen un don de servicio genuino) pero la motivación de servir, es en este caso, el que los demás me admiren, me busquen, me alaben. Esta motivación es contraria a la Palabra que nos dice que toda la gloria es de Dios. Cuando buscamos la admiración de los demás, ya tuvimos aquí en la tierra nuestra recompensa y no tiene recompensa de los cielos. Esta actitud es algo con lo que todo creyente debe luchar cada día, pero a los que tienen necesidad de aceptación les es mas fácil caer. La Biblia nos envía a servir sin que otros se enteren, que no sepa tu mano derecha lo que hace la izquierda. Podemos ayudar a otros en nuestra comunidad, área de trabajo o estudios sin que otros hermanos en la fe se enteren. Lo hacemos para el Señor y el siempre nos ve. Es más, lo bueno que hacemos proviene de Él, El pone el querer como el hacer en nosotros. No tenemos ninguna oportunidad de gloriarnos. Podemos también ocultar nuestras debilidades o pecados con los que estemos luchando para tener una imagen donde aparentemos santidad o perfección ante los demás. El problema es que solo Dios es Santo y perfecto. Creamos mas empatía con otros que necesitan escuchar de Dios cuando somos sinceros y pueden identificarse con nosotros. Les demostramos que siendo yo imperfecto, así Dios me ama y en amor, su Espíritu Santo nos va corrigiendo y moldeando a Su imagen. Si es posible conmigo, puede ser posible para tí. Seamos transparentes. Mostremos a otros no lo que hacemos como acto de bondad con alguien, mostremos a otros un corazón que quiere ser agradable a Dios, conforme al Suyo. Oremos para que Dios escudriñe nuestros corazones y podamos ver dónde hemos estado fallando. Que podamos encontrar toda la aceptación y amor en Dios, que es el único que puede llenar esas necesidades por completo y seamos de testimonio a otros.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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