Celebramos los cumpleaños por tradición, sin conocer realmente como comenzó. Busqué un poquito de la historia, y el primer cumpleaños registrado fue entre los egipcios, con el del faraón específicamente. Para aquella cultura contaban los años de los faraones para con el uso de la astrología tratar de determinar lo que el futuro les tenía destinado. Es por esta razón que los judíos no los celebraban por considerarlo algo pagano debido a la influencia de la astrología. La iglesia cristiana en sus comienzos comenzó por celebrarlos al incorporar el nacimiento de Jesús como una fecha a celebrar. Más adelante se extendió como una celebración, ya no sólo a reyes y figuras públicas, sino también a la gente común, por decirlo así. Yo solo recuerdo que mi madre me celebró con un bizcocho cada uno de mis cumpleaños, aún yo casada, mientras ella vivió. De pequeña, con grandes fiestas en la casa, con muchas decoraciones, comida y música, ya de grande, con el bizcocho y una salida a comer en algún restaurante. Aunque fuera cambiando la forma de celebrarlo, lo importante es que ella siempre celebró mi vida como un gran acontecimiento. Fui el resultado de una anhelada concepción, esperada por nueve años. Un día como hoy Dios me dio vida física en este mundo, aunque prematuramente para los médicos, en el tiempo perfecto para Él. He sido más que bendecida en estos cuarenta y dos años y ha tenido cuidado de los detalles mas pequeños de mi vida, y de las cosas más grandes de ella. Me bendice a diario con tantas cosas que serían necesarios todas las entradas de blog del año quizás para describir un sólo día. Pero de algo estoy segura: yo también puedo celebrar el aniversario de mi salida de Egipto como el pueblo de Israel. Hay otra fecha de cumpleaños en mi vida, inmerecida, igual que la primera, y es mi nacimiento espiritual. Yo también andaba atada, esclava del pecado y de la corriente de este mundo, igual que el pueblo e Israel en Egipto. Dios en su infinita gracia y misericordia, me buscó un día, y me salvó. Mi espíritu estaba muerto y Él le dio vida a través de la sangre se Cristo. Me dio un nuevo nacimiento el veinticuatro de marzo del mil novecientos ochenta y nueve. Como mi primer nacimiento físico, éste fue muy esperado también por mi prima Mili quien estuvo siempre orando por mí y sembrando la semilla del evangelio en mi corazón desde muy pequeña. Dios ha sido bueno, y ha sido fiel. En estos años yo le he fallado, pero Él me ha limpiado y perdonado y me ha cubierto con su amor. No puedo hacer más que rendirle adoración, mi vida, mis anhelos y mi voluntad. Deleitarse en su presencia no tiene precio y no sólo me regaló dos nacimientos, me regaló la vida eterna. Oremos al Señor agradecidos por tanto amor, y por el beneficio de una salvación que no depende de nosotros, ni de lo que podamos hacer, sino que fue pagada por su Gracia y Misericordia. Que podamos orar por nuestros familiares que aún no han tenido el segundo nacimiento y podamos sembrar en ellos la semilla de la fe. Dios hará el alumbramiento.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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