Hace varios días que no escribo, por razones de enfermedad y otras complicaciones, y gracias a Dios por fin llegaron mis ansiadas vacaciones. Para comenzar desde el día cero a disfrutarlas, desde ayer al salir de una actividad gloriosa del coro en el pueblo de Caguas, comenzamos a hospedarnos en un hotel de la isla nosotros cuatro. Ya habíamos tomado vacaciones allí mis nenes y yo antes de Norberto y yo casarnos. Pero este año las vacaciones han tomado un giro diferente. Donde nos encontramos, en Palmas Del Mar, es un lugar cerrado, con muchas villas y bastante grande. Muchas personas que viven aquí poseen carritos de golf para moverse de un lugar a otro, por unas veredas ya designadas para ese propósito. Nos decidimos a alquilar uno de los carritos. Dando un recorrido en la mañana por los alrededores encontramos un bosque tipo pantanoso, para mi sorpresa, ya que había estado aquí varias veces y nunca lo había visto. Comenzamos a caminar el bosque, que parecía muy pequeño, pero para nuestra sorpresa, era mucho más grande de lo que parecía de afuera. De hecho, no lo terminamos de ver en su totalidad, y caminamos un rato. Así puede ser el conocimiento que tenemos de Dios. Algunos nunca han oído de Él, otros le han escuchado de lejos, algunos pueden llamarse cristianos por asistir a una iglesia los domingos, pero no tienen mayor conocimiento que eso. Otros, tienen la bendición de conocerle más profundamente y crecer en el conocimiento de sus atributos a través de una relación más personal e íntima con Él. Lo que podemos escuchar un domingo se queda corto ante la grandeza del Dios verdadero y las maravillas que Él quiere mostrarnos por medio de su presencia en nuestras vidas. Podemos conocerle de oídas, pero Él anhela mucho más que eso para nuestras vidas. Conocerle más cercanamente nos ayudará a experimentar esa vida abundante que nos promete en su Palabra. Nos toma tiempo, fe, oración y humillación. Pero el camino más difícil por recorrer, era el camino al Calvario, y ya Él lo recorrió por nosotros. Oremos al Señor pidiendo que ponga en nosotros una sed insaciable por conocerle más, por acercarnos más a Él, y por invertir más nuestro tiempo en nuestra relación con Él. Que podamos ver que aunque llevemos años en el evangelio, nos queda un largo trecho por recorrer, pero hermoso.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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