Cuando vamos a las tiendas a comprar algo, miramos los precios. Muchas veces compramos lo que tenemos en presupuesto, y cuando tenemos que comprar algo más caro, lo hacemos porque el material y su valor, amerita el que paguemos caro por ello. Como por ejemplo, un par de zapatos. Yo podeía pagar un poco más por un par de zapatos que sean de un material duradero y que yo estime que podría usarlos varios años. De un modo extraño, voy a relacionar estos datos con el tema que traigo hoy. El día de ayer, fue a predicar en la iglesia una persona que dirige una organización de misioneros a nivel mundial. Utilizó los versículos que comparto aquí, para mostrar cómo ejemplo las prioridades de Pablo para el evangelio. Trajo unos visuales del trabajo misionero que realizan en esos países donde vive la mayoría de las personas no alcanzadas por el evangelio, como decía Pablo, los que nunca han visto, los que nunca han escuchado. Algo muy lejos de nuestra realidad porque vivimos rodeados de iglesias y emisoras de radio y tv cristianas, sin mencionar los recursos del internet y las redes sociales. Fui muy confrontada con el mensaje. Pudimos ver y escuchar cómo viven los cristianos en otros países y el precio tan alto que pagan por su fe. Muchos pagan con su vida, pero para otros, el precio es más alto cuando pierden a todos sus seres queridos y todo lo que físicamente poseen, y pagan el precio. Nosotros aquí tenemos vidas tan cómodas, y un cristianismo tan pobre, teniendo tantos recursos. Somos ricos en posesiones materiales, pero vivimos vidas pobres, espiritualmente hablando. ¿Qué te quita el gozo? ¿Qué hace que faltes a la iglesia? ¿Qué hace que me enoje con Dios? ¿De qué me quejo constantemente? Muchas veces solo por que llueve, no vamos a la iglesia, y tenemos carros. ¿Cuánto dinero aporto para el reino de Dios? ¿Cuántas Biblias tengo en mi casa y cuántas veces las leo? Hay personas que darían todo lo que tienen por tener una Biblia. Mientras otros arriesgan su vida por llevar el plan de salvación, ¿a cuántos yo les hablo de Cristo teniendo toda la libertad para hacerlo? ¿Será que para ellos el evangelio tiene un valor mayor del que yo le doy? Ellos están dispuestos a pagar caro por él. Con mis acciones demuestro lo que el evangelio vale para mi. ¿Qué precio estoy dispuesto a pagar? Oremos para que el Señor nos perdone cuando hemos tenido en poco su evangelio y la fe. Que ponga en nosotros un deseo insaciable por servirle y trabajar para ganar almas para Él. Que podamos darle el valor que merece con todas las áreas de nuestra vida. Que nos ayude y aumente nuestra fe para poder pagar el precio que merece realmente.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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