Ayer mi nene tenía una asignación donde debía reunirse con su familia para crear un plan de preparación para terremotos. Nos reunimos los cuatro, y él debía anotar que íbamos a hacer: antes, durante y después de un terremoto. Le decía entre las cosas que se dijeron que algo muy importante era mantener la calma. Muchas personas que se ven afectadas en un terremoto perdieron la calma y eso no las ayudó a pensar correctamente. Le dije que para poder mantener la calma, ayudaba mucho ya haberse preparado, porque ya sabes que debes hacer en el momento, y no tienes que improvisar. Nosotros en nuestra vida espiritual debemos hacer lo mismo. Terremotos de pruebas vienen inesperadamente a nuestra vida. Para eso debemos irnos preparando y creciendo en Su Palabra. Por eso tomamos estudios bíblicos, predicaciones o sermones, tenemos reuniones de oración, etc. Como cristianos no debemos quedarnos sin una preparación espiritual y luego en el momento difícil no tener idea de lo que hacemos. Hay situaciones que son muy difíciles aún cuando ya te has preparado, pero Dios nos ayuda a recordar todas las promesas que hemos aprendido en nuestro caminar y nos da paz y seguridad en medio de la crisis si ponemos nuestra mirada en Él. Recuerdo como de niña este tipo de eventos de la naturaleza me asustaban mucho, pero según he ido creciendo en edad y en conocimiento de la Palabra y de cómo Dios tiene el control sobre todas las cosas, el miedo se ha ido perdiendo. Dios tiene un plan para nuestras vidas que comenzó antes de la fundación del mundo. Es tiempo de nosotros confiar en su plan y anhelar el ir profundizando en Él. Como lo describió Pablo, ir de tomar leche a comer viandas. Oremos dando gracias a Dios primeramente porque Él tiene cuidado de nosotros y en su amor creó un plan para nuestras vidas. Que con la ayuda de su Espíeitu Santo podamos crear un plan familiar donde la base esté cimentada en Su Palabra para ir creciendo espiritualmente e ir guiando a nuestros hijos en el conocimiento de la verdad.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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