Viendo una pecera que estaban vendiendo recordé y le relataba a mi esposo de una gran pecera que había en casa de mis tíos cuando yo me criaba, la cual atendía mi prima. Pero recordé que mi tío era quien se encargaba de los pajaritos. Tenía una gran variedad de periquitos de colores, los que llaman "love birds" y canarios. Recordaba con asombro como el solo construyó una jaula de madera y rejilla para los pajaritos. ¡Era como una mansión para ellos! Él cabía de pie dentro de ella. Recuerdo que al finalizarla pintó las partes de madera en colores brillantes. Se encargó de cubrir todos los detalles. Colocó bebederos de agua, creó las casitas que servirían de nido para cubrir los huesitos y los pajaritos por nacer, añadió dispensadores de alimento y columpios para ellos descansar y mecerse...en fin... una casa para pajaritos espectacular! De niña me parecería más grande de la cuenta, y aún lo relataba ahora, años más tarde con el mismo asombro. Y eso es algo que un hombre pudo hacer para unos pajaritos con los materiales que tuvo disponibles y las habilidades que había adquirido con los años. ¡Cuánto más debe sorprendernos la creación de Dios! Él lo creó todo con el poder de su Palabra, Él habló y fue hecho, y era bueno. Dios creó un mundo para que fuera nuestra habitación. Pensó en todos los detalles. Todo trabaja en perfecta coordinación y balance. No lo hizo monótono. Utilizó una gama de variedades y colores que aún no terminamos de conocer. Creó nuestros cuerpos a su imagen y semejanza, y nos hizo únicos, a tal punto que ni aún los gemelos idénticos son iguales en todo lo que son. Y no solo eso. Nos amó. Con un amor inexplicable, que no podemos entender y que lo entregó todo. Nuestra perfección se corrompió con el pecado, pero nos redimió con la sangre derramada en la cruz por el sacrificio de Jesús. Debemos sentirnos asombrados a diario. Ésto es algo que con nuestra mente terrenal no podremos entender en su totalidad. Pero algo si sé. Estoy en las manos del que lo formó todo, en las manos del que con todo me amó. Oremos agradeciendo al Señor por tan grande amor. Meditemos en los detalles que Él ha preparado para nosotros desde antes de la fundación del mundo. Vivamos confiados porque estamos en sus manos.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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