Me encontraba anoche en la actividad de Navidad del colegio de mis nenes. Ya mis hijos no son tan pequeños, sino que son adolescentes, y su visión sobre su participación en este tipo de programas ha cambiado con los años. Recuerdo cuando eran pequeñitos que les gustaba participar y se sentían muy orgullosos de que los vieran y si podían estar al frente, mucho mejor. Mi nena hasta preparaba coreografías para las actividades escolares. Ahora, en la adolescencia, les da un poco de vergüenza participar, no quieren que les tome fotografías o videos, y lo que desean es hacer su parte lo más rápido posible. La parte divertida ahora para ellos es el compartir con sus amistades antes y después del programa. Nosotros muchas veces llegamos a comportarnos como ellos. Cuando somos recién nacidos espiritualmente hablando, tenemos un deseo insaciable de hablarle a otros de Cristo, invitar a otros a la iglesia con nosotros, cantar frente a otras personas las canciones y coritos que acabamos de aprender y nos llenan de gozo. Pero con el pasar de los años, como que nos pasa igual que a los adolescentes, y nos empieza a dar temor o vergüenza el hablarle a otros de Cristo o presentarles el plan de salvación. Quizás a principio íbamos cantando en el carro, levantando las manos, aunque nos dijeran locos, eso no era lo importante, y ahora, ni cantamos mucho que nos vea el que va al lado, o no ponemos la música cristiana en el trabajo porque a los otros no les gusta. Y podemos terminar siendo cristianos encubiertos, y perdernos el gozo que implica creer en el evangelio como niños. Dios nos exhorta a ser como niños, que con todo se divierten, que creen sin cuestionar (hablando de la fe), que aman y perdonan rápido. Seguimos en el mismo escenario que otras personas están observando, aunque pensemos que no estamos obrando. Prefiero mostrarles las cosas celestiales, que las cosas que conforman a este mundo. Tengo motivos para celebrar, y quiero compartirlos con todos los que amo y conozco. Oremos para dar gracias al Señor por tan grande regalo que es la salvación por su gracia y misericordia, a través de la fe en su hijo Jesús. Que podamos gritar sin temor a todo el que nos vea que disfrutamos el vivir en su verdad y bajo la sombra del omnipotente.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |