Estamos acostumbrados a escuchar la frase: "Dios no te va a dar más de lo que puedas soportar ". Pero curiosamente, en estos días leí en un artículo que contrario a ese dicho ya común, Dios sí nos pueda dar más de lo que podemos soportar. Mi primera reacción fue de confusión y he estado pensando en eso desde entonces. Luego de meditarlo, estoy de acuerdo con aquel autor: vamos a enfrentar situaciones más fuertes de lo que podemos soportar. He vivido circunstancias muy difíciles, a diferentes edades de mi vida, y hubo momentos donde pensé que ya se habían agotado mis fuerzas, mis opciones, y donde ya no veía una posible solución. Y fue en esos momentos en que creí que ya no podía soportar más, donde rendí mi alma con toda sinceridad al Señor, donde ví lo impotente que soy ante problemas de esta vida... pude ver lo pequeña que soy, y Él me mostró lo grande que Él es. Dios me mostró que no tengo las fuerzas ni las capacidades suficientes fuera de Él para poder vencer. Dios quiere usarnos y mostrar su gloria a través de su obra en nuestras vidas. Para eso necesitamos pasar por el quebrantamiento. Hablábamos mi esposo y yo sobre este tema. Tiene que llegar un punto en nuestras vidas donde nos confrontemos ante la revelación de quien es Dios y cuán insignificantes somos ante su gloria y majestad. Debemos llegar a entender que no somos merecedores de NADA de lo que tenemos cuando nos vemos comparados ante Su Santidad. Podemos entonces entender realmente que es solo por su gracia y misericordia que hemos llegado hasta aquí. No somos nadie digno para altercar con Dios ni cuestionarle su voluntad. Al contrario, es en el quebrantamiento que todo lo que se interponga entre Dios y nosotros debe quebrarse: nuestro orgullo, nuestros deseos, nuestras metas, nuestro yo. Es un rendir completo, donde todas las excusas sobran y nos derretimos ante tanto amor inmerecido, ante una salvación que nos queda tan grande y ante la única fidelidad que lograremos conocer. Es cuando reconocemos que no podemos, que Dios nos muestra que Él es todopoderoso. El tener solo un destello de su gloria, nos derrumba por completo. Es ahí donde nuestras vidas cambian, donde somos moldeados, donde vemos sus milagros, sin perder de vista ninguno de ellos. Es en mi debilidad que Él se glorifica. Vendrán pruebas que no podremos soportar, pero nuestro Señor soportará por nosotros y mostrará su poder. Oremos al Señor pidiendo que nos revele que debemos quebrantarnos ante su presencia. Pidamos que nos moldee y nos use para su gloria. Que no olvidemos que nuestras fuerzas son infinitas gracias a Él. Lo que yo no pueda soportar, lo entrego a Él.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |