El maquillaje. Las mujeres muchas veces dependemos de él para poder sentirnos bellas y crear una mejor impresión en otros, sea para trabajo, diversión o querer lucir lo que la sociedad llama belleza. Pero luego del teatro, llegamos a nuestra casa y en la noche removemos el maquillaje del día y volvemos a vernos en el espejo al natural. Dejarnos el maquillaje demasiado tiempo o no removerlo nos trae problemas de la piel, desde infecciones hasta erupciones. Así que son los más allegados los que nos vean tal y como somos: nuestros esposos, nuestros hijos, nuestros padres, nuestros hermanos. A ellos no los podemos engañar. En nuestra vida Cristiana tenemos el riesgo de caer en la trampa del maquillaje donde para agradar a todos, para obtener el ministerio que me interesa, para que me tengan en gran estima y respeto, creo un maquillaje o me pongo una máscara, pero son los más allegados a mi que en la privacidad de nuestro hogar lidian con mi verdadero yo. Eso es muy peligroso, tanto para nosotros, como para los que viven con nosotros. Es así que muchos hijos de familias cristiandad terminan apartados de los caminos del Señor, porque ven un evangelio falso que no quieren seguir. Es de esa forma que no ayudamos a que nuestros familiares y amigos no creyentes, lleguen al conocimiento de la fe. Y sobretodo, nos hacemos daño a nosotros mismos, saboteando el crecimiento y la transformación de nuestras vidas. Dios nos conoce. No hay maquillaje ni máscara ni disfraz que pueda engañarlo. Aún sabiendo que le fallaría murió en la cruz por nosotros. Él está ahí para restaurarnos y llevarnos a una vida de paz y gozo. Eso sólo podemos alcanzarlo con la transparencia y la integridad. Tenemos debilidades que podemos vencer cuando las traemos a la luz para trabajar con ellas. Pero esas mismas debilidades pueden dominar nuestras vidas cuando las escondemos. Nuestra verdadera belleza la refleja un corazón restaurado por Dios, y como dice la Palabra: “ el corazón alegre hermosea el rostro”. Dios quiere glorificarse en nuestras vidas, solo debemos rendirnos a Él, a cara descubierta. Oremos al Señor para que nos muestre si estamos encubriendo una debilidad que no nos permita ser iguales en la comunidad de fe, como en nuestra vida familiar. Que nuestros allegados puedan ser bendecidos con nuestro testimonio a toda hora. Soy Cristiano 24/7.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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