Esta es una de esas semanas en que me veo estresada por todas las cosas que tengo pendientes. Es la semana de Thanksgiving o Acción de Gracias y vamos a recibir a la familia y unas amistades para la cena. Así que tenemos muchos preparativos y queremos tener ya la casa decorada de Navidad. Pero igualmente he tenido ensayos y compromisos del coro, trabajo, etc... y siento que no acabo. En medio de todo esto saco un momento hoy para ir a comprar el pavo y los alimentos para preparar la cena y voy a un supermercado que tenía la marca de pavo que me gusta y a un precio increíble. Mi esposo me acompañó porque el día estaba lluvioso y había calles inundadas cuando salí del trabajo. Luego de toda la odisea llegamos y cuando miro en las neveras donde siempre los acomodan, no había ninguno. Llega este muchacho, empleado del lugar, a acomodar varios pavos que era lo que les quedaba. Muy pequeños, ya que buscaba uno de 20 ó 21 libras, y éstos eran de 14 libras. Varias señoras se arremolinaron alrededor del dependiente y él les explicó que no había nada más disponible,. Nos quedamos solos frente a la nevera mi esposo y yo, pensando que haríamos cuando llega otra empleada con un pavo, de la marca del especial que yo quería y lo pone en la nevera y se va. Cuando voy y lo busco,era exactamente de 21 libras. Quedé asombrada porque fue Dios quien realmente me proveyó lo que necesitaba en ese momento. Y esta semana no se trata de comer pavo, o de buscar especiales en las tiendas. Se trata de dar gracias y reconocer al que lo ha hecho todo por nosotros, aún cuando no lo merecemos. Nos proveyó de cordero para el sacrificio, nos proveyó lo que nunca hubiéramos podido obtener: la salvación, el perdón de pecados, y una vida nueva, abundante en Él. Es tiempo de dar gracias por su misericordia, por su gracia, y por su amor. Es una bendición compartir ese día en familia, y así Dios nos bendice, pero mayor bendición es poder honrarle y exaltarle juntos. Es un privilegio el poder tener el conocimiento a través de la fe para poder entender todo lo que Él nos ha provisto y poder relatarlo a las futuras generaciones. ¡Él proveyó el Cordero de Dios que quita el pecado de mundo! Aún así nos ama tanto que se encarga de cada detalle en nuestras vidas. Doy gracias a Dios por mi esposo que con sus detalles y atenciones me hace recordar el amor de Dios para mi vida. Ya Él hizo provisión para tí. Oremos para dar gracias a nuestro Dios por todo lo que nos ha provisto, pero sobre todo por la salvación y por su provisión para limpiarnos de pecado y acercarnos a Él. Que podamos compartir con otros lo agradecidos que estamos y les compartamos que para ellos también hay provisión.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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