A veces la vida nos trae situaciones donde podemos llegar a dudar de que Dios no es bueno con nosotros. Las dudas llegan a nuestra mente pero si realmente le hemos conocido, con ella llegarán muchas ocasiones que tenemos grabadas en nuestra mente, donde sí hemos visto la bondad de Dios en nosotros y recordaremos su Palabra que es fiel y verdadera, que nos muestra que nuestras dudas no son válidas. Leia en estos días nuevamente la historia de Rut, muy conocida en la Biblia, pero en esta ocasión Dios me llevó a enfocarme en la vida de Noemí, su suegra. Normí había perdido a su esposo y a sus dos hijos varones, quedando sola. Sus nueras se ofrecieron a ir con ella, pero ella les dijo que eran libres para volver a casarse. Noemí no solo había quedado allá, se había quedado sin sustento y sin ayuda. En Rut 1:12-13 dice: “Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.” Les habló de que se sentía amargada, y de que la mano de Jehová estaba en su contra. Noemí sintió que Dios no la amaba por las circunstancias que le había tocado vivir, y básicamente les dijo que ya no tenía esperanza. Humanamente hablando, la realidad no mostraba muchas opciones, pero Dios siempre tiene un plan. En medio de las dificultades Dios te ve. Él no te abandona aunque no puedas verle o aunque no puedas creerle. Dios obró a través de Rut, con un plan maravilloso, que Noemí no vislumbraba en estos momentos. Me encanta como dice ya en el capítulo 4:13-17: “Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya. Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Éste es padre de Isaí, padre de David.” No solo Noemí vio la mano de Dios en su vida, sino que el pueblo daba gloria a Dios por su bendición. Me encanta que dice que Jehová sería el restaurador de su alma. Dios quitaría la amargura de su vida, sanaría el dolor. Dios la sustentaría en su vejez. Dios cuidaría de ella, como siempre lo hizo, aún cuando ella no lo podía ver. Es difícil el estar sumergido en una situación difícil donde no hay salida ni opciones humanamente posibles, o disponibles. Pero Dios siempre tiene un plan para sus hijos. No significa que no pasemos por el dolor, o la escasez, pero Dios tiene cuidado de nosotros. Dice en su Palabra que echemos toda nuestra ansiedad sobre Él. No dudemos que Él será el restaurador de nuestras almas, Él será nuestro sustentador. Deposita sobre Él tus preocupaciones y tus temores, y Él hará. Oremos al Señor presentando nuestros temores y nuestra ansiedad. Que nos ayude a confiar plenamente en Él aún cuando las circunstancias no nos permitan verle. Que nuestro testimonio lleve a otros a glorificarle y llegar a Él.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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