¡La publicidad! Está en todas partes, en la televisión, en el periódico, en revistas, en el cine, en letreros en las calles y ahora en el internet. La publicidad es eso que llama tu atención hacia algún producto y te crea una imagen de como es, o lo efectivo que puede ser. o te crea en tu mente una necesidad de adquirirlo. La mayoría de los anuncios nos presentan el lado positivo, exageran cuanto lo necesitamos, o nos hacen pensar que lo necesitamos cuando no es así. Creemos entonces en productos mágicos que nos dejarán la casa y la ropa como nuevas, artículos que nos llevarán de vuelta a la juventud, productos que nos harán adelgazar para vernos como modelos, etc...
Lo interesante de esto es que nosotros también llevamos a cabo publicidad de nosotros mismos. Presentamos a la gente nuestra mejor cara, tratamos de ocultar nuestros defectos y debilidades, sobre todo si estamos comenzando una nueva relación, sea de amistad o noviazgo. En los trabajos llegamos diciendo que vamos a cambiar el mundo, y físicamente proyectamos a otros lo que queremos que vean. ¿El problema de esto? Relaciones y hogares rotos porque no nos conocíamos realmente. Empleados que son despedidos porque luego no dieron el grado. Amistades rotas y heridas por la traición. Personas que terminan endeudados o en quiebra por querer vender una imagen de un status social que no pueden costear realmente. En fin, es como si el mundo nos ha programado para que no mostremos quien realmente somos y vivimos vidas engañando a otros, y muchas veces, nos engañamos a nosotros mismos. Pero el problema se sigue complicando, porque también queremos como cristianos hacer nuestra campaña de publicidad para nosotros mismos. Vamos delante de Dios sin ser sinceros y pensando que estamos bien. Yo misma, en muchas ocasiones no pedía oración por mi vida porque pensaba que todo estaba bien. Pero Dios puede trabajar con corazones sinceros. Corazones que reconocen que sin Él no podemos funcionar, que nuestras capacidades pueden ser de bendición cuando estaán puestas a sus pies. Hacemos daño a otras personas y al evangelio cuando presentamos una cara, y la gente descubre otra al ver nuestras acciones. Es día de ser sinceros. La persona que te ame debe amar tu verdadero yo. Ya Dios te amó conociendo como eres y conociendo el lado que no muestras a otros. Oremos a Dios siendo sinceros, que Él nos hace fuertes al entregarle nuestras debilidades. Que nos ayude a no tratar de mostrar virtudes que no tenemos que pueden herir a otros, sino que dependamos cada vez mas de Él para dar buen testimonio. Démosle solamente publicidad al que merece toda la gloria, al Señor.
2 Comments
Norberto Gracia
12/11/2015 11:16:20 am
Me encantó esta reflexión. La mayoria de los cristianos somos parecido a los relacionistas de publicidad buscando como vender nuetra mejor imagen a los demas.Como si no tuvieramos ningun defecto o debilidad que enfrentar. Nos creemos que si demostramos nuestras debilidades o tal como somos, no seremos aceptados. Que equivocados estamos. Por eso cito este parrafo de esta reflexión. (Hacemos daño a otras personas y al evangelio cuando presentamos una cara, y la gente descubre otra al ver nuestras acciones. Es día de ser sinceros. La persona que te ame debe amar tu verdadero yo. Ya Dios te amó conociendo como eres y conociendo el lado que no muestras a otros)
Reply
Myrnaly
12/11/2015 11:51:30 am
Amén.
Reply
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |