Leía ayer como realizaron diferentes actividades para el Día de Alerta Mundial del VIH. Como tecnóloga médica he estudiado sobre el virus y hemos realizado las pruebas también. El virus del VIH causa la enfermedad del SIDA de esta forma: el virus entra al cuerpo y llega a las células de la sangre llamadas linfocitos T. Estás son células del sistema inmune ó existen en nuestro cuerpo para atacar las enfermedades. El virus entra a las células para poder reproducirse y les quita la habilidad de trabajar para defendernos de las enfermedades.
Dios creó al ser humano tan complejo y digno de admirar. Ante la presencia en el ambiente de enfermedades infecciosas, nuestro cuerpo tiene un excelente sistema de defensa, muy organizado y eficiente. Dios nos nos dejó indefensos ante estos males. De igual manera, Dios no nos dejó desprovistos de un sistema de defensa espiritual. En el capítulo 6 del libro de Efesios, Pablo nos describe en detalle lo que es la armadura de defensa para el creyente. Al igual que en el cuerpo cada célula y componente del sistema inmunológico tiene su función y trabaja en conjunto para ganar la batalla de las enfermedades, la armadura del creyente se compone de varias partes, todas necesarias para lograr una buena defensa en la batalla espiritual. Necesitamos de la fe, de Su Palabra, del evangelio de la paz, cubrirnos con el yelmo de la salvación... Tenemos cubiertas nuestras vidas con todas estas armas que el Señor nos proveyó. Cuando dejamos de leer la palabra, o decaemos en la fe, o no nos aferramos a la verdad de Dios nos ocurre como al cuerpo infectado con SIDA, nos quedamos vulnerables ante cualquier ataque a nuestra vida. Dios nos entregó el plan de defensa, pero, ¿Estoy vistiendo mi armadura completa? Oremos primeramente por las personas que sufren este síndrome, que puedan encontrar en el Señor las fuerzas y la sanación que necesitan, mientras que la condición los acerque a Él. Oremos para que Dios nos ayude a vestirnos de toda la armadura para ser fuertes en Él y podamos defender nuestras vidas y nuestros hogares. Ya Él nos dio la fórmula para la victoria.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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