Hoy sí, mañana no. Voy a ir contigo, pero luego no puedo ir. Voy a hacer un trato contigo, pero ya la semana que viene no me parece un buen trato. Hoy te prometo amarte para siempre, al año ya no te amo igual. Hoy te doy mi palabra que te voy a ayudar, pero mañana no aparezco ni de lejos...
¡Qué mucho cambiamos de parecer! Y no tenemos que ser políticos para hacer promesas y no cumplirlas. ¡Cuántas veces nos comprometemos con algo y luego ya no estamos comprometidos realmente! Nuestras palabras y nuestras promesas son tan inconstantes como las olas del mar. Y si hablamos de dinero...ni se diga! Por eso, para estar en paz hay que hacer contratos y dejar las cosas por escrito para que en blanco y negro veamos claramente a lo que nos comprometimos. Y Dios no es así. Él cumple sus promesas y Su palabra se ha ido cumpliendo. Pero lo maravilloso es que Él nos dejó Su palabra por escrito. Tenemos sus promesas y su plan escritos y podemos referirnos a él. Y no solo son palabras en blanco y negro, son palabras que transforman al que las lee, y al que las escucha. Es palabra viva, que penetra hasta el corazón. Aunque el mundo sea inconstante como el mar, Dios es como roca inconmovible, y es el mismo por todos los siglos. Oremos para que tengamos sed por leer Su palabra porque ahí se encuentra el plan de Dios para nuestras vidas, Su voluntad y sus promesas. Que no tengamos ningún temor de confiar en Él porque el no cambia.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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