El amor cuesta. La pregunta importante es: ¿Cuánto estás dispuesto a dar? Veo muchas personas de edad avanzada en el laboratorio donde trabajo o cuando los visito en el hogar, que tienen vidas muy solitarias y con grandes dificultades para hacer sus diligencias y visitar sus médicos, viviendo en soledad, pero tienen hijos. Veo madres que no dedican mucho tiempo a sus hijos porque son solteras o divorciadas y les preocupa mas el quedarse solas, que lo que están sembrando en su descendencia. Veo como ya la gente se felicita por facebook en los cumpleaños en vez de llamarse y compartir. Ya los matrimonios no se juran fidelidad, sino que es mas importante el orgullo y no soportarle nada a nadie. El amor de Dios hacia nosotros tuvo un costo muy grande: la vida de su único hijo sacrificada en la cruz. Él pagó el costo para darnos una salvación gratis. Y como consecuencia nosotros le profesamos que le amamos. Pero ¿Cuánto damos? ¿Es un amor que pone al Señor como nuestra prioridad? ¿Doy para mi Dios tiempo de calidad, o es como un pasatiempo que hago en mi tiempo libre? ¿Utilizo lo que poseo para ayudar a otros y dejarme usar por Él? ¿Dejo mi orgullo y el tener la razón a cambio de un buen testimonio? Como alguien enamorado que quiere hablar con su amor a cada momento, ¿Así anhelo orar y adorar Su nombre? David en estos versos tuvo la oportunidad de dar una ofrenda ante Dios que otro le habría regalado, y no le costaría nada a él, pero amaba a Dios y entendía lo que significaba una ofrenda. La Biblia desde el Génesis muestra muchos ejemplos de ofrendas y sacrificios que se daban para el Señor, y como eran de su agrado los que eran perfectos, los que ofrecían lo mejor. Ya no son sacrificios porque Él hizo el último sacrificio. Como ofrenda de amor, le entregamos nuestra vida, nuestra voluntad, nuestra razón, toda gloria ahora le pertenece a Él, cuando en el mundo se nos enseña a buscar reconocimiento. Pero las recompensas de un amor que nos cuesta son mejores y mas duraderas que el precio a pagar. Oremos para cada día mas entregar mas a nuestro Dios de lo que somos. Que su amor fluya en nosotros para poder amar a otros con el amor verdadero que es en Cristo Jesús. Que podamos ver que nada se compara a deleitarnos en su presencia y disfrutar su amor. Que nos ayude a pagar el precio en nuestros matrimonios, con nuestros hijos y familiares y con nuestros hermanos en la fe.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |