Me comentaba mi hija el día de ayer sobre una chica de Inglaterra que es famosa por su blog en video en la página de YouTube. Esta chica, Marina, realiza videos sobre modas y tiene auspiciadores que le dan sus nuevos modelos para que ella los mercadee por las redes sociales. Pues me relató mi hija que habían creado un tema en twitter sobre salvar a Marina porque unos fans habían notado detalles extraños en sus videos, como que había perdido mucho peso, tenía unas marcas de golpes disumuladas, que tenía muchos cerrojos en las puertas, entre otras cosas. Se creó en varias horas toda una historia de que la tenían secuestrada y la iban a usar para un ataque terrorista. Generó millones de mensajes y una supuesta "genuina preocupación" por esta chica. Resultó que ella tiene condiciones mentales incluyendo la esquizofrenia y ahora que la verdad salió a la luz pública, los fanáticos están molestos porque no fue cierto y ahora la quieren boicotear. Se dejaron llevar por las apariencias y mucha gente ni durmió esa noche. Y lo cierto es que vivimos y nos dejamos llevar por las apariencias. Y somos expertos en juzgar a otros por lo que vemos. Nos creamos expectativas y cuando la realidad no es lo que esperábamos nos molestamos. Juzgamos a otros por la cubierta y no por lo que hay en su interior. Porque igualmente mostramos a los que están alrededor nuestro lo que queremos que ellos vean. Pero Dios nos ve en nuestro interior. Él ve nuestra condición de pecado y aún así estuvo dispuesto a enviar a su hijo a morir por nosotros. Él examina nuestro corazón y ve lo que podamos ocultar a otros. La gran diferencia está en que no mira nuestros pecados para juzgarnos, sino para perdonarnos, sanarnos y restaurarnos. A Él no lo impresionan las apariencias sino la humildad y la transparencia. Él puede trabajar con corazones dispuestos y rendidos. Vivir de apariencias es agotador. Mostremos al Señor lo que guardamos para que podamos tener una vida libre en Él. No juzquemos a otros por las apariencias o si no cumplen nuestras expectativas sino mostrémosle el amor de Dios. No sirvamos par derribar a otros, sino para levantarlos y restaurarlos. Oremos al Señor agradecidos porque aún viendo nuestra condición de pecado nos ama y tiene misericordia de nosotros. Que podamos ejercer esa misma misericordia hacia los demás.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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