Hace dos días hubo de nuevo en Puerto Rico un apagón general de electricidad por un accidente inesperado. Como ya contábamos con la reciente experiencia de huracán María, al menos a mi esposo y a mi, no nos tomó por sorpresa y nos sentíamos preparados y mantuvimos la calma. Ya habíamos comprado con tiempo unas luces que trabajan con energía solar, y no nos quencontramos damos a oscuras. Teníamos unas neveras buenas que inmediatamente él llenó con hielo. Por si el apagón pudiera venir acompañado de una falta en el servicio de agua potable, él trajo dentro de baño unas pailas grandes con agua que tiene guardada para emergencias. Abrió todas las ventanas de la casa para ventilación y nos sentíamos preparados para el tiempo que fuera necesario. Pero otra fue la historia de la mayoría de las personas que viven en la isla. En cuestión de minutos, al informarse que el apagón fue en todo Puerto Rico, las filas muy largas en las gasolineras se hicieron ver. Los generadores eléctricos de gasolina bajaban su inventario en las tiendas a medida que se los llevaban como si fueran botellas de agua. El tránsito en la calle se tornó muy difícil y los accidentes ocupaban las esquinas. Se reportaron varios incendies debido a los generadores eléctricos por la falta de conocimiento al utilizarlos. En otras palabras, la situación general se tornó caótica. Tal pareciera que nos azotaría un nuevo huracán al próximo día. Lo mismo nos sucede con nuestra vida emocional y espiritual. Todos atravesamos situaciones difíciles, pero no todos actuamos y respondemos de la misma forma. Dios conoce nuestra naturaleza imperfecta por causa del pecado en nuestras vidas y nos provee de su Palabra para guiarnos y corregirnos. Aún podemos ver cristianos en desesperación, pero no debería ser así. Debemos prepararnos regularmente para tener un resguardo el día de la prueba. Nuestra constante oración y lectura de la Biblia nos va llenando de la voluntad y el conocimiento de Dios, dándonos a su vez una base fuerte sobre la cual agarrarnos en los momentos difíciles. No estamos solos. Dios está con nosotros. Per a veces se nos hace difícil verlo cuando no hemos creado un hábito de estar conscientes de su presencia y de irle conociendo más. Debemos prepararnos para la vida, no solamente almacenando provisiones físicas, sino recibiendo la provisión espiritual que Dios en su gracia nos ofrece. Oremos a nuestro Señor dando gracias porque É es nuestra provisión para todo lo que necesitamos en la vida, no importa lo que sea. Damos gracias porque Él nos va preparando para lo que tenemos por delante con la ayuda de su Espíritu Santo. Estamos cubiertos con su amor y sus bondades.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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