David escribió muchos salmos al Señor mientras estuvo en sus situaciones difíciles. Uno de esos momentos en que tuvo que huir y esconderse fue a causa del Rey Saúl, padre de su mejor amigo Jonatán. David era inocente, aún así su vida corrió peligro. Pero Él estuvo bajo la sombra del Altísimo y pudo sobrevivir y ahora era Rey de Israel. Pensó en un momento en la familia sucesora de Saúl y quiso hacerles bien. No tenía porqué hacerlo, si después de todo, fue Saúl quien obró mal, pero por el amor que tuvo hacia su amigo Jonatán, quiso hacer un acto de bondad. Pudo haberle dado a Mefiboset cosas materiales para que viviera bien, pero fue mas allá y lo sentó a la mesa con él. Eso es bondad. Muchas personas saben hacer el bien y pueden ayudar a otros. Hay quienes donan miles de dólares a entidades benéficas o nobles causas. Pero la bondad, siendo un fruto del Espíritu que refleja a través de nosotros el carácter de Dios, es un poco más, llega mas lejos. No es cuánto puedas dar, sino con qué intención en tu corazón. Quizás una sonrisa y un saludo a aquél que por su dureza de rostro nadie saluda, pagarle un café a quien no ha desayunado, ayudar a quien por sus impedimentos físicos no puede abrir una puerta o cruzar la calle, donarle a quien no tiene ropa la que no te deja cerrar las puertas de tu armario, o darle una Biblia a quien no tiene una. Eso que demos debe ir acompañado con amor, guiados por el Espíritu Santo. Dios es fiel y todo lo que pidamos en su voluntad Él nos lo dará. Yo me despertado algunos días donde le he pedido que me use, que me muestre a alguien en necesidad y cómo ayudarlo, y Él lo hace. Cuando dejamos nuestro orgullo a un lado y le damos toda la gloria a Él quien la merece, Dios se glorifica, usando ese tesoro que colocó "en vasos de barro". Cuando damos algo o brindamos un servicio respaldados por la Gracia de Dios obrando a través de nuestras vidas, estaremos recibiendo aún más de lo que pudimos dar. La Bondad en nuestras vidas dará testimonio de la misericordia y gracia de Dios, porque no se dá a quien merezca algo, sino a quien Dios le place. En su bondad, podemos experimentar a diario las grandezas de su amor para con nosotros, sin poder merecerlo, como David no estaba obligado a ayudar a Mefiboset. Doy gracias al Señor por sus bondades en mi vida. ¿Cómo puedo mostrar hoy Su bondad a otros? Oremos al Señor para que su Espíritu Santo nos guie a mostrar su bondad. Que nos haga sensibles a ayudar a otros que tienen necesidad. Que podamos practicar la bondad dando a otros lo que por gracia nosotros hemos recibido. Siempre hay algo que puedo dar, quiero mostrar la bondad de Dios.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |