El laboratorio clínico donde trabajo lleva brindando servicios 29 años. En todos estos años ha tenido muchas inspecciones del Departamento de Salud federal y estatal. Todas ellas han sido aprobadas satisfactoriamente pero en todas ha habido que hacer correcciones pequeñas en la documentación. Cada vez surgen reglas nuevas y cambios que implementar. Pero este año esperaba la inspección como de costumbre, sin saber el tiempo exacto de ella, cuando surgió en mi interior el anhelo de pasar una inspección perfecta, donde no hubiera que llevar a cabo ninguna corrección. Sabiendo que no sería fácil en mis fuerzas, cada día antes de llegar al laboratorio le pedía a Dios que me diera la sabiduría para preparar correctamente todos los documentos necesarios. Y el día de la inspección llegó. Estuve más relajada que en otras ocasiones, y la inspectora realmente llevó a cabo su trabajo rigurosamente y sin obviar detalle alguno, pero el resultado final fue la respuesta a una oración: una inspección perfecta. Dios no tenía porque hacerlo. Hay tantas otras miles de cosas en este mundo mas importantes que ésta. Pero Dios escucha nuestras oraciones y conoce nuestros anhelos y le place en su misericordia regalarnos esos detallitos en nuestras vidas. Aún en algo cotidiano pude dar testimonio de la grandeza de Dios y de cómo creo en un Dios real. Y es que ese es el propósito de todo: dar la gloria a Dios. A veces es podemos tener dudas sobre lo que debemos orar o presentar ante Dios. Podemos pensar que siendo Dios todopoderoso y con lo mal que va el mundo, hay oraciones que son muy simples como para hacerlas. Pero al contrario, el presentar cada detalle al Señor crea en nosotros una dependencia total de Él. Son pequeños pasos de Fe en nuestra rutina diaria. Quiero mostrarle que no quiero dar un paso, ni siquiera el más simple, si Él no va conmigo. Y no es que basemos todas nuestras oraciones en peticiones, sino que desarrollemos esa confianza, esa cercanía con nuestro Señor de platicar con Él todas nuestras cosas, como dice su Palabra: orar sin cesar. El ir a su presencia en oración me da las fuerzas, La Paz y la seguridad que necesito para sobrevivir a las situaciones de cada día. Como un padre que espera que sus hijos les cuenten sus cosas, así nuestro Padre celestial escucha nuestra voz. Oremos al Señor presentando nuestro día y nuestras situaciones al igual que nuestros anhelos y pidámosle que nos muestre sus sueños para nuestras vidas. Que podamos de testimonio a diario de todos los detalles que Él tiene para nosotros. Nuestro Dios es real.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |