Ayer cuando salimos del trabajo fuimos con los nenes a realizar unas diligencias y se hizo un poco tarde. Necesitaba ir al supermercado para suplirme de lo que necesitaba para preparar la cena. Como ya era mas tarde de la hora acostumbrada, decidí comprar pan, un pollo asado, y varias cosas adicionales. Entonces ya otro había cocinado para mí, y yo solo llegué a preparar sandwiches de pollo asado. Básicamente yo sólo acomodé los ingredientes ya preparados, y tuvimos una cena saludable sin tener que cocinar. Me vino a la mente el pasaje con que comienzo esta lectura. Dios ya nos proveyó su Palabra, la cual necesitamos para nuestro alimento espiritual y tener crecimiento. Él lo hizo todo. Hasta nos dio por escrito todos sus mandatos, sus proezas, sus promesas. Al menos en el lado del mundo que vivimos la tenemos accesible, y en el idioma de preferencia. Dios ha protegido su palabra a través de los tiempos para mantenerla pura. Pero no sólo es para nosotros. Los que hemos creído en Jesús como salvador de nuestras vidas tenemos la responsabilidad de presentar el evangelio a otros. Al igual que yo solo presenté la cena, nosotros los cristianos debemos presentar la Palabra que Dios nos proveyó a los demás. Es cuando le tomamos ese amor especial a la Biblia, y esa sed por escudriñar sus pasajes, que entendemos cuán vital es para nuestras vidas. Es ahí donde entendemos la importancia que tiene el que otros puedan conocerla. Mientras más importante sea en nuestras vidas, mas pasión tendremos por hablar de ella. No sólo de pan vivirá el hombre. Es día de compartir el alimento espiritual. Oremos al Señor dando gracias por habernos regalado su Palabra junto a su Gracia y Misericordia. Que ponga en nosotros una pasión fuerte por llevar su Palabra a otros.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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