Utilizo mucho las botellas de agua comerciales porque me las llevo al trabajo y son fáciles de usar, con agua purificada. Con todas las nuevas ideas sobre el reciclaje del plástico, han ido cambiando el material de las botellas y cada vez el plástico es más fino. Es tremendo si ayuda al reciclarlas, el problema que tengo personalmente es que cuando voy a abrirlas, por ser tan finas, siempre las aprieto un poco para aflojar la tapa y se me desborda un poco de agua. Nosotros estamos llenos de bendiciones y amor al prójimo, no de nosotros, sino que Dios deposita en nosotros para que podamos ser sus manos y sus pies en la tierra. Hemos sido llamados a atender a las viudas, a los ancianos y a todo el que tenga una necesidad que podamos cubrir. No siempre son necesidades materiales. A veces hay gente que necesita un abrazo, una oración, oídos que los escuchen. Dios nos bendice para bendecir a otros, no para ser egoístas y disfrutarlo nosotros solos. Dios me dio un carro, ¿Llevo en él personas que necesitan transportación? Dios me dio una casa, ¿La utilizo para llevar personas que pueda bendecir? Dios me dio un trabajo ¿Aporto a las obras del reino y doy al quenlo necesite? Dios me dio el Espíritu Santo para ayudarme a llevar su evangelio por el mundo, ¿Lo estoy llevando a cabo? Nuestro problema es que somos como las primeras botellas de agua, duros. Solo siendo mas sensibles, blandos, podremos derramar las bendiciones que llevamos dentro. Como bien describe el versículo, la maldad de este mundo nos enfriará. Quizás alguna vez ayudaste a alguien que te engañó. Tu hiciste tu parte y tienes tu recompensa en los cielos, él hizo lo suyo y también tiene su paga del cielo. Este mundo ya está cansado de tanta palabrería y doctrinas. Conocerán a Dios por el amor que vran en nosotros. El mundo está ciego y no puede reconocer a Dios. Lo más triste del caso es que sus ojos ciegos tampoco ven su amor. Hagamos nuestra parte. Dios nos va a dirigir a donde haya necesidad, sólo no endurezcamos nuestros corazones. Oremos al Señor agradecidos por su gracia y amor inagotables para con nosotros. Pidamos que podamos ser sensibles a la voz del Espíritu Santo para ser útiles en medio de la necesidad.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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