Mi nena tenía que hacer una monografía para la escuela y escogió el tema del sistema autoimmune, sin saber mucho lo que ésto significaba, pero sí con el interés de que eso era un tema científico y que yo la ayudara a desarrollarlo. Pues para ser mas específicas en el tema se tomó el giro a hablar de la enfermedad de tiroides autoinmune. El sistema inmune tiene diferentes componentes que ayudan a proteger nuestro cuerpo de las enfermedades y cosas extrañas al mismo. Cuando se detecta la entrada de algo extraño, o que no es parte de nosotros y puede hacernos daño, se activa todo un regimiento de células y sustancias de defensa que combaten por nuestro bienestar. Pero, hay condiciones de salud, como la artritis reumatoidea, el lupus, y la enfermedad de la tiroides por ejemplo, donde nuestro sistema de defensa se "confunde" y se dedica a atacar partes de nuestro cuerpo viéndolas como extrañas y peligrosas. Estas condiciones casi siempre necesitan medicamentos de por vida. En nuestra vida espiritual tambien podríamos decir que también nos ocurre. Tenemos el espíritu que ha sido vivificado por Dios cuando rendimos nuestra vida ante Él. Pero entonces tenemos todo un campo de batalla donde nuestro propio cuerpo es el atacante. Y Pablo lo expresa cuando habla de esa lucha que tiene al querer hacer lo bueno, pero en sus miembros no está el hacerlo, sino lo que no quiere. Y es que nuestra carne y concupiscencia quiere sabotear la obra espiritual que hace Dios en nosotros. Cada vez que queremos hacer algo bueno, y agradar a Dios en todo, nuestro "yo" interior se opone. Necesitamos entonces un tratamiento de por vida que es el llenarnos de Su Palabra y sanarnos a través de la oración. Esa lucha interna la podemos vencer con el Espíritu Santo que vive en nosotros y nos guia a toda verdad. Oremos para presentarnos ante Dios como débiles en nuestra carne que necesitamos de su fuerza, su amor y su verdad. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. La batalla fue ganada en la cruz.
1 Comment
Norberto
4/12/2016 09:51:04 am
Excelente reflexión me identificó al 100% con lo que Dios puso en tu corazón. Muchas de nuestras batallas las provocamos nosotros mismo al no dejar que sea el Espiritu Santo el que nos dirija. Dios te bendiga.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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