Mi esposo y yo somos diferentes en muchas cosas. Una de ellas es que él es friolento y yo calurosa. Le digo que quizás vine con el termostato dañado, o que quizás me acostumbré al ambiente de trabajo. Realmente me inclino más por la segunda, jaja. Le digo que como trabajó seis días de la semana en un laboratorio con una temperatura bastante fría, mi cuerpo lo asimiló y muy rara vez siento frío. Así que algo que él siempre me cuestiona es el porque me gusta bañarme con agua caliente si soy tan calurosa. Le he dicho que he encontrado una explicación y es que como mi cuerpo siempre está a una temperatura caliente al tacto, al entrar en contacto con el agua fría, el choque causa un contraste muy grande para mi. Pensaba en esto y pensé que así mismo nos sucede con nuestra vida cristiana. Mientras más calientes estamos en nuestra relación con Dios, más pegaditos de Él y vivimos buscando hacer su voluntad, más nos contrasta el pecado y lo que va en contra de la Palabra de Dios. Mientras más nos alejamos de buscar su presencia en oración, leer la Biblia, y congregarnos, las cosas que son contrarias a un Dios Santo y perfecto, las vemos con más naturalidad y podemos comenzar a aceptarlas como el mundo las acepta. Mientras más fríos estamos, espiritualmente hablando, más nos pesa, más nos cuesta, el vivir buscando agradar a Dios en todo lo que hacemos. Vivir como hijos de Dios, y buscando agradarle, va en contra de nuestra naturaleza. A medida que ejercitemos nuestra fe y meditemos más en las cosas espirituales, más fácil se nos hace escuchar la voz de Dios y pensar en las enseñanzas de su Palabra. El dejar de congregarnos nos enfría de una manera muy sutil. Dios quiere el bien para nuestras vidas y quiere darnos la victoria sobre las situaciones que se presentan a través del tiempo. Sólo podemos alcanzar las victorias asidos de su mano. Mantengámonos calientes para que la frialdad de este mundo nos contraste. Oremos al Señor dando gracias por su salvación y por darnos a su Espíritu Santo para consolarnos y guiarnos en nuestro diario vivir. Que podamos anhelar siempre su presencia y el buscarle a diario para permanecer calientitos espiritualmente.
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Carmen
4/18/2017 09:13:19 am
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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