”Su esposo es respetado”. Así lo expresan otras versiones para este mismo pasaje. Proverbios 12:4 nos reafirma: “La mujer virtuosa es corona de su marido.” Todos hemos escuchado que el esposo es la cabeza del hogar y el sacerdote espiritual. Conocemos o al menos tenemos algún conocimiento de la función del esposo y la esposa en el hogar y en la relación matrimonial. Igualmente debes saber que cuando esos roles se invierten, o cada parte no realiza lo que le corresponde, hay problemas. No te hablo de feminismo ni machismo, solo te hablo de el diseño divino, que fue creado por Dios para mostrarnos como debe funcionar un hogar. Es muy fácil pensar que cuando la otra parte falla en ocupar sus responsabilidades, es nuestra tarea ocupar esos zapatos y caminar con ellos. De momento puedes pensar que puedes caminar bien, el problema está en la dirección a la que te diriges. Con todo este movimiento de las mujeres empoderadas, y el feminismo, podemos llegar a ver a la Mujer virtuosa o a la mujer como ayuda idónea, como algo anticuado, que no le da un buen lugar a la mujer de estos tiempos. Y es todo lo contrario, el diseño de Dios va por encima de lo que podamos entender con nuestras limitaciones o la programación cultural con la que llegamos al matrimonio. Si estás soltera, déjame decirte que la renovación de tu mente en este aspecto debe comenzar ahora, y no cuando te cases, ya será un poco tarde. Nuestros temperamentos pueden ponernos a competir sobre nuestros roles. Pero si por ejemplo, el esposo no está llevando a cabo alguna tarea como cabeza del hogar, es función de la mujer, ayudarlo a que pueda darse cuenta y apoyarlo para quitar alguna inseguridad que pueda tener. La esposa puede aconsejar y orar por su esposo para que el Señor le fortalezca en las áreas necesarias. No es nuestra función el ser impacientes y hacerlo nosotras, o criticar todo lo que haga mal. Podemos ayudar al Señor a crear hombres que amen ser nuestros sacerdotes en el hogar y sean guiados por Él para tomar sabias decisiones. Hacer eso no nos hace sentir inferiores, o esclavas. Simplemente llevamos a cabo el rol que nos corresponde, y vamos creciendo espiritualmente, y vamos creando hogares saludables, con Dios como centro. Nuestros esposos serán respetados y conocidos por sus frutos. Un esposo que ama a Dios tiene una gran responsabilidad de cuidarte y tratarte como Cristo a su iglesia. No hay nada mejor que sentirse cuidada, amada y protegida por un esposo que refleja el carácter de Dios y tu eres parte esencial para lograrlo. Tu vas a disfrutar del resultado. El ser una mujer virtuosa, el ser una Hija de Dios ya te da suficiente valor y estima. Oremos al Señor para que nos dé la sabiduría para llevar acabo nuestros roles, según correspondan, para darle a Él toda la gloria y la honra, y edifiquemos hogares saludables.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |