El año pasado para mi cumpleaños mi esposo me regaló un set de perlas auténticas. Las perlas siempre se asocian a la elegancia y el buen vestir. Y es muy interesante como ellas son creadas.
Las perlas se forman dentro del cuerpo blando de las ostras. Esto ocurre cuando entra un cuerpo extraño en la ostra y ésta entonces lo cubre con capas de nácar hasta encapsularlo. Esto me asombra porque la ostra utiliza algo que cree puede ser dañino para ella y lo convierte en una perla muy costosa y preciosa. Esto me recuerda lo que dice la Biblia de que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Dios tiene el poder de transformar vidas que están heridas, corazones rotos y vidas sin propósito en vidas victoriosas, en personas que se dejan usar por Él y traen bendición a otros. Lo que nos afecta, lo que nos quebranta, puede ser cambiado en nuevas fuerzas, en nuevos comienzos. Dios cambia el lamento en baile. Su poder en nuestras vidas es el nácar que nos dará un tesoro cuando ponemos y confiamos lo que tenemos en sus manos. ¿Confío en el Señor para que tome control de mi vida? ¿Le entrego a Él mis preocupaciones? Luego, ¿Doy testimonio a otros de las perlas que Dios ha producido en mi vida? Oremos para que podamos confiar y tener fe en el poder de Dios en las situaciones de nuestra vida. Entreguemos a Él lo que nos preocupe hoy para que Él lo transforme. Comparte hoy con otros las perlas que Dios ha creado en ti.
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La semana pasada a mi compañera de trabajo se le agotó la batería del carro en su hora libre de almuerzo. Le preguntábamos si le había dado una señal de que se estuviera dañando o agotando, y ella dijo que hacía varios días el carro le prendía un poco vago, o como sin fuerza. Su esposo fue a ayudarla y le pusieron carga a la batería para poder encender el carro. Le preguntamos si verificó el alternador del carro, para descartar que fuera el alternador que estuviera defectuoso y no estuviera dándole carga a la batería, pero lo habían revisado y estaba funcionando correctamente.
Y pensaba que somos como baterías. El Señor nos da energía y nos carga cuando le aceptamos como Salvador y el Espíritu Santo viene a morar en nosotros. En ese momento tenemos la carga completa y nos movemos con pasión y a toda velocidad. Según seguimos en nuestro caminar diario, las situaciones difíciles que enfrentamos nos van agotando. Pero por eso el Señor le habló a sus discípulos diciéndoles que separados de Él nada podían hacer. Dios es nuestro alternador. Él nos suple la carga o la energía que necesitamos para movernos en nuestra vida terrenal y espiritual. Debemos estar contínuamente conectados. No sólo por nuestras vidas. Hemos sido llamados a proclamar el evangelio a toda criatura, a cubrir las necesidades del prójimo y dirigirnos en amor como vínculo perfecto. Muchas veces ocupamos nuestro tiempo en ministerios, sirviendo, pero si no nos cargamos con nuestro Dios tendemos a agotarnos y hasta perder la pasión por lo que hacemos. Así como las baterías se utilizan para dar energía a cosas inanimadas, así debemos impartir en otros el amor y la misericordia del Señor para que otros puedan ser conectados a la fuente principal que es Cristo. Oremos para que Dios nos ayude a estar conectados con Él por medio de la oración, la comunión con Él y Su Palabra. Que impartamos en otras vidas la energía del evangelio. ¿Estoy con toda la carga? ¿A quién debo darle energía hoy? Hoy es un día especial. Hoy es el cumpleaños de mi esposo. Dios me dio un gran regalo con su compañía. Es un hombre que primeramente ama a Dios sobre todas las cosas. Es muy íntegro y trabajador. Tiene el don del servicio, y brinda ayuda a otros que lo necesiten con gran gozo y dando el 100%. Pero lo que me encanta de él es que me demuestra su amor con muchos detalles. Me sorprende en las ocasiones especiales con regalos, pero me sorprende aún mas con detallitos en dias normales donde no espero nada. En varias ocasiones me ha dejado notitas por la casa, como en el envase de cristal para el azúcar en la cocina. Se preocupa por mi cuando estoy enferma y como soy olvidadiza me recuerda tomarme las medicinas todo el día. Es todo un caballero, todavía hoy me abre la puerta del carro y lleva todas mis compras por las tiendas. El ve conmigo los programas de cocina y decoración de la casa y es muy cariñoso. Dios me ha bendecido con él.
Todo esto me hace pensar en como Cristo compara la relación de Él con su iglesia. Dice a los esposos como deben tratar a sus esposas de forma que dan testimonio del amor que tiene Cristo por su iglesia que la cuida y la sustenta. Los hombres tienen una gran responsabilidad. Al igual que nosotras, que a cambio debemos respetarlos y someternos en amor, como la iglesia está sometida a Cristo. Yo amo a mi Señor. Mi Dios me salvó, me pinta todos los días un cielo diferente, me da el aire para respirar, me bendijo con una bella familia, con el hogar, el trabajo y una iglesia para congregarme que su centro es agradarle a Él. Puedo ver el amor de Dios todos los dias. Y quiero servirle y agradarle por todo lo que Él hace por mi. De igual forma así debe ser el sentir de las esposas hacia sus esposos. El término "someterse" suena fuerte, pero es simplemente la actitud de una esposa agradecida por su esposo que desea agradarle y ser su ayuda idónea. Todo este misterio sobre el matrimonio y Crisyo y su iglesia como le llama el apóstol Pablo nos hace como cristianos maravillarnos del amor de nuestro Señor y de ver como tiene detalles para nosotros y nos sustenta, comparándolo a una relación que todos conocemos, primeramente por nuestros padres, y luego en nuestras vidas o anhelos. Esto nos deja algo que pensar: ¿Reflejo a mi familia el amor de Cristo por su iglesia, o el amor de la iglesia hacia Cristo? ¿Es de testimonio a los que no le conocen? Y si soy soltero (a), ¿Conozco antes de llegar al matrimonio lo que Dios espera de mi? ¿Me estoy preparando para cuando llegue ese momento poder glorificar a Dios? Oremo para que Dios reafirme nuestros matrimonios y si somos solteros que Él nos ministre antes de llegar al matrimonio para poder tener una relación que bendiga a otros. Ha estado lloviendo en estos días y eso nos refresca el clima. Recuerdo cuando estudiaba con mis niños el ciclo del agua en los grados de escuela elemental. El agua de los océanos y otros cuerpos de agua se evapora con el calor del sol y sube en forma de vapor de agua y se condensa en las nubes para que se convierta en precipitación (lluvia). La Biblia habla de que Dios creó el ciclo del agua para el beneficio de todos.
Todo en la vida es un proceso y Dios nos ha dado ejemplos sobre eso. Realizó la creación de este mundo en 6 días y al séptimo descansó. Él pudo hacerlo todo en un instante, pero quiso enseñarnos algo. Creó los días y las noches. Hoy día vivimos en una generación que todo lo quiere rápido, sin esperar, sin esforzarse. Yo me encuentro a veces entre esas que todo lo quieren "microondas". Pero Dios en Su Palabra nos enseña que hay procesos a seguir y tiempo que esperar. Nos dice en Eclesiastés que hay tiempo para todo. Dios nos salvó por medio del sacrificio de Su Hijo y nos dice que comenzó en nosotros una obra que se irá perfeccionando hasta que Él venga. No nos salvó y nos hizo perfectos al instante. El va trabajando con nuestras vidas a la medida en que se lo vamos permitiendo. Eso nos lleva por procesos que son dolorosos a veces, pero podemos ver su mano y sus cuidados en el camino. A través de las crisis y las experiencias que pasamos vamos adquiriendo madurez espiritual, como el agua va pasando por etapas hasta llegar a ser lluvia que nos bendice. Dios nos va preparando para en Su nombre ir y bendecir a otros. Vamos adquiriendo conocimientos para enseñar a otros. Dios nos da abundancia de bienes para que ayudemos a suplir las necesidades de otros. Dios nos prepara en tiempo de oración para que podamos interceder por otros. Seamos lluvia de bendición a los que nos rodean. Dios es la luz que activa nuestro ciclo. Oremos para que Dios nos use para bendecir a otros con los talentos, bienes y Palabra que hemos recibido de Él. Recuerdo esos momentos cuando pequeña, en que se iba la luz y para huirle al calor dentro de la casa que era de cemento y no muy fresca, nos íbamos todos al balcón y buscábamos de qué hablar para pasar el tiempo. Mi mamá nos contaba cómo eran las cosas cuando ella era pequeña aquí en Puerto Rico. De cómo antes no había neveras no estufas como las de ahora, como almidonaban la ropa hasta casi no poder moverse, de que los domingos en la tarde iban a las retretas y las mujeres caminaban dando la vuelta a la plaza y los hombres daban la vuelta en forma contraria para encontrarse. Mis abuelos también nos relataban sobre como pasaron los peores huracanes de la época y como alumbraban sus casas con los quinqués. Son cosas que nunca ví y se que existieron porque los relatos pasaban de generación a generación.
Hoy día yo tengo dos hijos, un varón de 12 años y una princesa de 14. ¿Qué relatos les he transmitido que ellos puedan pasar a aus hijos? Me asombra este versículo bíblico donde luego de las maravillas y hazañas imposibles que Jehová realizó para el pueblo de Israel diga que ya la próxima generación no le conocía y no sabían de estas cosas. Estamos hoy día viviendo tiempos donde la tecnología nos roba el tiempo de calidad de nuestras familias. Ya no nos comunicamos como antes. La situación económica y el tener muchas horas de trabajo también nos ha disminuido nuestro tiempo de calidad. ¿Cómo le enseño a mis hijos las grandezas que Dios ha hecho conmigo? ¿Les dejo saber que vivo agradecida por que me ha sustentado con su Misericordia y su Gracia? ¿Tienen ellos algo que contar a sus hijos en un futuro? ¿Les he enseñado a escudriñar las Escrituras? ¿Les he enseñado como orar? ¿Cuál es mi legado espiritual para ellos? Nosotros sí estamos forjando en ellos un legado, nos demos cuenta o no. Ellos van grabando desde pequeños lo que ven en mí. Ellos están observando si confío en Dios cuando tengo problemas. Ellos ven si vivo con gozo, ven si le honro con mis acciones. En mis manos está que la próxima generación conozca de Él. Oremos para que Dios nos guíe y nos ayude a pasar tiempo de calidad con nuestros hijos y que podamos entregarles el legado de Su Palabra para que tengan esa semilla que germine y florezca en las próximas generaciones. Siempre quise ser mas extrovertida. Quería que me notaran. Quería llamar la atención de forma positiva. Quería ser divertida. Quería sentir que realmente disfrutaba esta vida como otros lo hacían. Me llamaba tanto la atención. Si parecía ser lo normal. Todos lo hacían. No veo que sea algo malo...
Y así a mis 18 años cuando comencé el nuevo mundo de la universidad, se abrió para mi un nuevo mundo de posibilidades en lo social también. Un nuevo mundo donde me notaban, llamaba la atención. Yo me había convertido al Señor a mis 14 años. Abrí mis ojos a una nueva vida. Era mi pasión evangelizar a otros y todo lo que hacía y hablaba era sobre Dios y ese nuevo tesoro que había encontrado. Mi prima desde pequeña me había mostrado lo que era servir a Dios y lo que conllevaba. Pero era tímida, y quizás no muy atractiva en ese tiempo y no sentía que otros me notaban o me incluían. Si era reconocida por todos en la escuela por mis notas de A y aprovechamiento académico. Entonces, comencé mi vida universitaria y conseguí un trabajo en uno de los lugares mas deseados en ese tiempo, en Blockbuster Video. Así que salía de estudiar para irme a trabajar, incluyendo los fines de semana. Mi vida comenzó a cambiar, ya no tenía tiempo de ir a la iglesia y a su vez, comencé a conocer mucha gente nueva. Con el dinero que ahora ganaba siendo soltera tuve una buena guaguita Subaru y me hice un pequeño cambio de imagen. ¡Ahora sí todos me notaban! Comencé saliendo con mis compañeros de trabajo en el tiempo libre o después del trabajo. Y eso se convirtió en salir de jueves a sábado todas las semanas. Tenía ahora muchos "dates" y parecía divertirme. Hasta que llegaba a mi casa y entonces me sentía yo misma, y sola. Dios en su obstinado amor, no nos deja: fue y me buscó. Me trajo de vuelta a Su redil. Me perdí de un crecimiento espiritual años atrás y descubrí que los placeres que el mundo ofrece nos llenan unos minutos solamente. Regresé a sus caminos ahora con cicatrices que relatan las historias que viví. Dios me ha sanado y ya no me duelen, pero están ahí. Ahora vivo con la mirada en lo que es eterno y no en lo que es momentáneo. Lo que se nos ofrece hoy día no es lo normal, no es para lo que fuimos creados, no nos dará la verdadera felicidad. Nuestros vacíos solo tienen una respuesta y es Jesús. Aún siendo adultos y cristianos todos los días se nos presentan tentaciones sutiles para atraernos a cosas del mundo que nos entorpecen en nuestra relación con Dios. Oremos para que no caigamos ante las tentaciones que este mundo nos ofrece. Que Dios nos fortalezaca a través de Su Palabra y una estrecha relación con Él. Desde que nacemos nuestros padres tienen altas expectativas en que seamos perfectos. Que tengamos los cinco dedos de las manos y de cada pie, dos orejas bien formadas, dos ojitos preciosos...¡en fin! Todo debe verse perfecto. Según vamos aprendiendo y creciendo se espera que vayamos a la escuela y obtengamos todas A en nuestras notas. Si entonamos una canción nadie espera que nos desafinemos, si hacemos un dibujo debe verse bastante parecido a lo real.
En unas personas se desarrolla mas la actitud de obtener la perfección en todo lo que realizan. He visto personas que buscan ser perfectos porque han sido miy criticados y buscan demostrar perfección en lo que mas les gusta. Otras, fueron halagados y apoyados solamente cuando sobresalían en algo, y ven la perfección como una forma de obtener la aceptación y aprobación de los demás. Sin importar la razón, ser perfeccionista es agotador. Sí debemos dar lo mejor de nosotros en lo que hacemos, pero buscar ser perfectos en todas las ocasiones nos puede traer gran frustración. Vemos en la Biblia que Dios entregó la Ley a Moisés para que el hombre cumpliese con todos los puntos que contenía. Para no fallar en ninguna de las leyes se requería ser perfecto. Y así fue. Y por mas que se tratara o tratemos hoy día de ser perfectos por la ley es imposible. Dios tuvo que hacer provisión enviando a Su Hijo para que tomara nuestro lugar y hacernos perfectos por medio de Él. Entonces somos salvos por la Gracia de Dios y no por la ley los que creemos en Él. Nuestra perfección la alcanzamos en el Señor quien nos va perfeccionando cada día. El proceso es mas rápido a medida que reconozcamos que fallamos continuamente y dependemos totalmente de Él. Es tu decisión. Oremos para que Dios nos muestre en que área de nuestras vidas queremos ser perfeccionistas en nuestras propias fuerzas sin depender de Él. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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