De niños anhelamos constantemente ser grandes. Ya de adultos, comenzamos a extrañar la vida que teníamos de niños. Mi vida de adulta ha cambiado muchas cosas de lo que era "mi mundo". Ya mis padres fallecieron, mi mamá hace 13 años, y mi padre hace 2 años. También ya fallecieron mis abuelos, mi tía del alma, mi prima y 2 tíos. Mis primos han mudado sus metas y sus familias a los Estados Unidos, haciendo la familia cercana mucho mas pequeña. La casa que era de mis padres ya alberga otra familia y hasta luce diferente por los cambios que le han hecho. Todo cambia, y hay que dar paso a cosas nuevas. Y aunque añoremos los tiempos de antaño, no significa que sean mejores que lo que estamos viviendo. Igual pasa con la vida cristiana, cuando recordamos el momento en que dimos nuestro paso de fe y comenzamos un nuevo caminar con el Señor todo se veía diferente. Las iglesias sufren muchos cambios también. Hay personas que estuvieron con nosotros que ya hoy no están, sea porque fallecieron o porque se alejaron del camino. Había un ambiente de compartir entre los hermanos quizás más profundo que el que existe hoy día donde muchas personas asisten a un culto los domingos pero no se envuelven en nada más. Aunque un grupo siempre permanece fiel, cada día que pasa mas personas no quieren comprometerse con el evangelio por falta de tiempo. Y si examinamos nuestra vida cristiana, ésta ha cambiado también. Puede que ahora tengamos una relación mas íntima con el Señor, o que tengamos una mas rutinaria. Los tiempos cambian. Pero al igual que todo mi entorno ha cambiado, cosas nuevas han llegado a mi vida. Tengo un esposo maravilloso, unos hijos que amo con todo mi corazón, un trabajo que Dios usa para suplir las necesidades, una nueva casa, y la misma iglesia, con hermanos en la fe que ahora comparto y trabajamos juntos para el reino. Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Eso no cambia. Él sigue trayendo bendiciones nuevas a nuestras vidas. Lo que pasó Él lo utiliza para darnos paz y gozo el día de hoy. Hoy le conozco mejor que ayer. Hoy puedo contar más testimonios que ayer. Lo que Dios traiga para el día de hoy siempre va a ser mejor. Oremos para poner a los pies del Señor lo que nos pueda entristecer o lo que con nostalgia recordemos. Démosle gracias por todas las cosas nuevas que Él nos ha dado a vivir. Pídamosle que nos use para seguir haciendo del día de hoy uno que le glorifique y traiga a otros a sus pies. Que Él nos ayude a apreciar y a amar lo nuevo que gozamos hoy.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
Categories |