Un lunes de mucho trabajo y comienzo de semana laboral. Ya finalizando en la tarde hasta sentía dolor de cabeza pero tenía un compromiso al salir del trabajo. Mi cuñada había cumplido años la semana pasada y habíamos quedado en tomarnos un café, y con mi sobrina por parte de mi esposo. Así que salí y fuimos a un lugar que me encanta por ser muy acogedor, y el servicio tan amable que te hacen sentir como en tu casa. Compartimos un rato de café, té chai y una relajante conversación. Hacía un tiempo que no hablábamos y me relataron sobre sus próximos viajes, hablamos temas de mujeres y anécdotas jocosas. Comimos muy bien y reímos un rato. Perfecto para relajar lo estresado del día. Y así debe ser la oración en nuestra vida cristiana. Es ese anhelo de tener un encuentro refrescante con nuestro Señor donde podemos compartirle y dejarle todas nuestras cargas. Es tener esa sed insaciable por conocerle más, por conocer sus planes, por conversar con Él. Él trae nuevas fuerzas a nuestras almas, nos da la sabiduría para resolver situaciones y recibimos ese amor que desvanece todos nuestros temores. Yo quiero un café con Dios. Acerquémonos a Dios en oración, como a un amigo y presentémosle todas nuestras aituaciones, exaltemos au grandeza y conozcámosle mejor.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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