Me había sucedido hace unos meses, que desperté un día viendo todas las cosas borrosas. Recuerdo que les relaté mi experiencia en ese momento, pero desde otro punto de vista. A partir de ese dìa utilizo unos espejuelos sencillos, por recomendación del oftalmólogo, que no son recetados, pero que tienen un aumento bajito. Los utilizo para descansar la vista cuando realizo tareas, mayormente en mi trabajo, donde tengo que leer mucho, pero sobretodo, mirar muchos números, en reportes donde fueron impresos muy pequeños. A veces, se me olvida ponerme los espejuelos, y ya al rato puedo ver algún número borroso, y ya al ir acercando los espejuelos a mis ojos, todo cobra una nueva resolución y se puede apreciar muy claramente y definido. Así nos sucede en nuestra vida espiritual. Podemos ver todas las cosas claramente, a través de los ojos de Dios. ¿Y cómo es eso? A través de la fe, la fe dada por creer en Cristo Jesùs. Dios tiene un propósito para todo, incluyendo lo que ocurre en nuestras vidas. Hay momentos, sobre todo los difíciles, donde no podemos ver claramente a donde nos lleva la situación. Alejarnos de Dios no nos ayudará. Alejarnos del Señor nos traerá ver todas las cosas borrosas. Según nos acerquemos al trono de su gracia, hallaremos descanso y ayuda para nuestras vidas. Él va a proveer lo que necesitemos, que no es necesariamente el fin de la crisis, pero puede ser fortaleza y paz en medio de ella. Quizás perdamos un trabajo, y de momento no tengamos otro, pero nos suple a diario el sustento para vivir. Puede haber ocasiones donde no nos hacen justicia en este mundo, pero ya Él nos dio una morada en un Reino eterno, incorruptible, y una corona de vida. Quizás alguien nos ha dejado de amar, pero Él nos ama con amor eterno y envió por amor a Jesús a muerte de cruz en nuestro lugar. Sólo tenemos que acercarnos los espejuelos de la fe y mirar de cerca. Oremos entregando al Señor todo aquéllo que nos preocupa, que no podemos entender con claridad. Que nos ayude a confiar plenamente en Él aún cuando las circunstancias parezcan adversas.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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