Están de moda los protectores plásticos faciales como medida de protección contra el virus del Covid-19. Ya los había utilizado antes debido a mi profesión de tecnología médica. La idea es que proteja tus ojos, nariz y boca, que son lugares con mucosa, vulnerables a la entrada del virus y un fácil contagio. E protector del rostro actúa como un escudo y aunque estemos en presencia del virus, no le damos acceso a nuestro interior. Las heridas emocionales nos hacen vulnerables ante cualquier situación. Cuando no hemos sanado de experiencias pasadas, cualquier comentario, ataque y ofensa, llega a tocar nuestro lastimado corazón. Las heridas que no han sido trabajadas y sanadas, llevan hasta nuestro interior cosas negativas que nos llevan a aislarnos o deprimirnos. Sabemos que en este mundo, el pecado ha traído la maldad y el egoísmo al ser humano. Todos hemos recibido rechazos, sufrimientos, traiciones, críticas y daño emocional por parte de muchas personas, pero sobre todo, nos importan las que vienen de aquellas que amamos. Dios quiere liberarnos de esas heridas y que vivamos con gozo y paz. Él te conoce, Él te ve, Él te escucha y quiere sanarte. Cuando estás sano emocionalmente, los ataques van a seguir llegando, pero tienes un escudo que los detiene sin que que te quiebres. Mientras más conocemos la santidad de Dios y que su salvación y todo lo que nos ha dado es totalmente inmerecido y solamente por su gracia y misericordia, más podemos entender que todo debemos dejarlo en sus manos, y que todos van a fallarnos en algún momento, según nosotros le fallamos a otros de la misma manera que le fallamos a Dios. Su Palabra nos guía a una vida abundante ya oración nos revela donde necesitamos sanar, y nos ayuda a entregar toda esa carga para transformarla en vida y gozo. Puedes ser sano en medio de una pandemia. Oremos al Señor dando gracias por sus bondades para nuestras vidas y que nos muestre donde necesitamos sanar, y que nos lleve de la mano en el proceso para vivir agradándole en todo.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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