Podemos llegar a una etapa en nuestras vidas donde podemos pensar que lo hemos logrado todo. Podemos llegar a pensar que lo tenemos todo bajo control, como lo queríamos. Podemos llegar a pensar lo contrario, que no nos gusta el lugar donde nos encontramos hoy ni lo que hemos logrado. Podemos mirar todo lo que tenemos y recordar lo mucho que hemos trabajado. Igualmente podemos mirar todo lo que tenemos y pensar que nos falta mucho por trabajar y alcanzar. El problema es que muy fácilmente olvidamos que todo lo que tenemos, lo que hemos alcanzado, lo que no hemos logrado y lo que anhelamos dependen de Dios. Si pudiste estudiar fue porque Dios te proveyó de una inteligencia y recursos. Siempre recuerdo una predicación del pastor Samuel Nina en nuestra iglesia donde decía que si hubieras nacido pobre en Haití muy probablemente no tuvieras la profesión que tienes hoy ni los estudios. Y es muy cierto. Si has podido trabajar ha sido porque Dios te ha dado la salud y la oportunidad para ganar tu sustento, que a fin de cuentas es Él quien da la provisión. Podemos admirar las posesiones que tenemos y pensar que lo tenemos todo, pero es así porque Dios nos ha permitido tener lo que tenemos y no ha venido un desastre natural que lo derrumbe. Igualmente podemos ver nuestros hogares y relaciones rotas y pensar que es porque Dios lo ha permitido, y no vemos la realidad que ha habido una ausencia de Dios en todo esto. Podemos vernos sirviendo en una iglesia y pensamos que tenemos el derecho a juzgar a los que se han apartado, olvidando que si estamos sirviendo al Señor ha sido solamente porque su gracia y su misericordia nos sostiene cada día. Debemos recordar que no merecemos nada. ¡Bueno! ¡Sí merecemos algo! El infierno. Todo lo que tenemos es regalo de Dios para nuestras vidas. Todo lo que no tenemos es porque no hemos escuchado la voz de Dios para obtenerlo o porque la voluntad de Dios que nos protege y puede ver todo el panorama, sabe que no nos conviene. ¿Sabes que aún el quedarme sin trabajo era parte del plan perfecto de Dios? Porque nos envolvemos en pensar que todo lo tenemos bajo control cuando nunca hemos tenido nada. Dios tiene control de todas las cosas y debemos aprender a depender de Él totalmente y en todas las áreas de nuestra vida, no solamente en la espiritual. Los tiempos son de Dios. Vivimos tan esclavizados de un reloj y es porque sabemos que no podemos controlar los minutos y se van, ya sea que los utilices bien o no. Y el Dios que todo lo da, también te ofrece descanso. Te ofrece un yugo más fácil. Te ofrece que ores para pedir sabiduría. Te ofrece perdón de tus pecados si llegas arrepentido a través de la fe en Jesucristo. Puedes vivir tu vida atado planificando cada punto de ella, para al final darte cuenta que tu plan en un segundo puede deshacerse. Te invito a vivir mejor, bajo la voluntad de Dios, entregando todo en sus manos y confiando, mientras descansas, que su plan es perfecto y sus tiempos exactos. Para eso se requiere humildad, y el Señor te exaltará cuando sea sea tu tiempo. Oremos juntos al Señor, en humildad, dando gracias por todo lo que nos ha concedido en su gracia. Pongamos nuestras vidas a sus pies y rindamos nuestra voluntad para que sea hecha la suya en nosotros. Descansemos en lo que Dios hará.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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